SOBRE LA LIBERTAD SEXUAL Hoy en día la concepción hedonista se ha enquistado tan vigorosamente en la sociedad que la sexualidad, algo tan preciado y útil, se ha trasformado extensamente en un instrumento de mera satisfacción. La objetivación del cuerpo, pensado ya como medio para un fin inmediato, destruye la finalidad genuina de la sexualidad del hombre: la procreación y los vínculos físicos, afectivos y espirituales entre un hombre y una mujer, unidos en santo matrimonio. P ocos pasajes bíblicos son tan oportunos a la hora de abordar esta reflexión como los que ha escrito el apóstol Pablo: “Todo me es permitido, pero no todo conviene; todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna. (…) el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré mi...